CLASICO 200

Pocos son los partidos de fútbol mexicano que me tomo la molestia de ver, pues no me gusta mucho el estilo que se maneja en general en la canchas mexicanas.
Pero si hay un partido que ni yo ni ningun aficionado a las Águilas o a las Chivas se puede perder es el clásico América vs Guadalajara.

Recuerdo perfectamente que ayer, el día del partido, desperté con la ilusión y el deseo de que fueran las 7:00 pm para ver el encuentro.
Yo por mi parte soy águila de corazon, y por lo tanto odio a las chivas, pero tengo que reconocer que en ese momento estaban jugando mejor las Chivas y eran los líderes de la tabla general, y el América por su parte era el último.
No es por ser pesimista pero las probabilidades de ganar eran una entre 50, pero como dicen por ahí, la esperanza es lo último que muere y tenía mucha fe en que el equipo jugara como contra el River Plate, que dieron un gran partido y sacaron la victoria a pesar de ir perdiendo.

El encuentro lo íbamos a ver en casa de una de mis mejores amigas, llegué a la cita desde las 6:00 para decorar el lugar al estilo Águila, pues la mayoría le íbamos al América, pero como siempre, debía de haber algunas Chivas para que fuera emocionante y hubiera rivalidad y diversión.
En efecto la hubo, desde antes de que empezara ya se oían los respectivos himnos y las porras de ambos equipos, estaban listas y frías las cervezas, la botana, todo estaba preparado para cuando el árbitro pitara e iniciara el partido.

Por fin el encuentro comenzó, los primeros 25 minutos, desgraciadamente fueron dominados por las Chivas, los teníamos todo el tiempo en nuestra cancha, había tensión entre las americanistas, miedo quizá pues sabíamos que en cualquier momento podía caer el gol, el América tuvo escazas dos llegadas en la primera mitad, pero para mi gusto el América no lo estaba siendo tan mal para ser el colero de la tabla y chivas el super líder, todo iba relativamente bien y creí que nos iríamos al vestidor con un buen empate, considerando las circunstancias.
Pero al minuto 38´, Santana nos arrebató esa ilusión y justo cuando de broma comenté que si nos metían otro era caso perdido, cayó el segundo gol del mismo jugador al 41´.

En el segundo tiempo el América seguía sin llegadas claras de gol, sin definir y sin acercarse siquiera, cosa que aprovecharon las Chivas y al minuto 67´ anotaron su tercer gol del partido.
La verdad creí que de ahí se desencadenaría la paliza, pues para colmo de males ya eramos 10 jugadores contra 11.
Lo único que nos quedaba a los americanistas de todo el país era cantar muy fuerte, hechar porras cada quien desde sus casas y rezar por que metieran mínimo el gol de la honra.
Y al parecer sirvió, pues al minuto 77´el América es favorecido con un penal y el paraguayo Chava Cabañas con un cobro majestuoso logra poner el balón del otro lado del que el arquero Michel se había lanzado, a la esquinita, abajo y a la izquierda.
El festejo fue estruendoso, pues había una luz al final del tunel oscuro en el que nos encontrábamos.
Después al minuto 81´, Cabañas vuelve a anotar, con una excelente recepción de pierna izquierda y una definición enorme logra poner el marcador 3-2, acortando la paliza y dejando atrás el propósito de las Chivas de humillarnos.

Cuando acabó el partido, el marcador siguió marcando el 3-2, la verdad ´se puede decir que estoy conforme con el marcador, porque dadas las circunstancias se que podia haber sido mucho peor , a nadie le gusta perder y mucho menos un clásico y de aniversario , pero pues siempre habrá otro partido y estoy segura que ese si nos lo llevamos.
Salvador Cabañas, a mi manera de ver fue el único que jugó con todo el corazón y lucho por dar un gran partido, los defensas están perdidos para mi gusto y los medios ni se diga, Ochoa es muy bueno pero no puede hacer nada si el equipo completo no funciona.
Pero bueno, en fin, todos pasamos por una mala racha y para el América es la más larga de su historia de la cual espero que se recuperen.
Pero como buena aficionada, ganen o pierdan estaré apoyando.
Fue un buen partido de fútbol, hubo goles pero sobre todo, emoción, rivalidad, gritos, llanto y todo lo que sólo un clásico nos puede dar.